terça-feira, agosto 25, 2009

Un subnormal con bigote

"-Todavía juegas a hacerte el subnormal?
Me volví y vi a un tipo de mi edad que tenía una pelota de niebla donde otros llevan el rostro, quiero decir que no se distinguían las partes de su cara, aunque había momentos en los que le veías algo familiar; no era, pues, que llevara niebla, sino que aquel rostro maduro evocaba el de Luis, uno de mi calle, más que eso, el jefe de mi calle, que me miraba con desdén cada vez que yo me hacía el subnormal, y fue en ese desdén, creo, o en su risa, donde empecé a reconocerme como un tonto, y a partir de entonces se inició también el proyecto de hacer con ese tonto un listo. Era Luis, digo, y yo llevava el bigote puesto, de manera que se trataba del primer encuentro de El Hombre del Bigote con su propio pasado, y eso lo supe en seguida, como en una revelación. Reaccioné bien, Luis, dije, cuánto tiempo, y él repitió la frase, seguía con ese gesto de superioridad que encubre a los que padecen un grado de minusvalía mucho mayor que el mío, pero quizá por eso se había visto obligado a disimular mejor, y la verdad es que parecía no tener un pelo de tonto, en realidad estaba calvo y eso le había avejentado, aunque a la manera socialdemócrata, o sea, bien."

excerto de "Tonto, Muerto, Bastardo e Invisible", de JJ Millás, ed. Punto de Lectura 2007 (1995)

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