sábado, fevereiro 27, 2010

Amalia Bautista

LAS ADELFAS


Las he visto crecer en las cunetas
y en las medianas de las autopistas,
en jardines privados y lujosos
y rodeando bloques de ladrillo
en suburbios tan tristes como el hombre.
Me sorprende que sean tan bonitas,
que se adapten tan bien a cualquier medio,
que precisen tan pocas atenciones.
Me sorprende que sean venenosas.



LA VIDA RESPONSABLE


Conducir sin tener un accidente,
comprar desodorante y macarrones
y cortarles las uñas a mis hijas.
Madrugar otra vez, tener cuidado
de no decir inconveniencias, luego
esmerarme en la prosa de unos folios
que me importan exactamente un bledo
y darme colorete en las mejillas.
Recordar la consulta del pediatra,
contestar el correo, tender ropa,
declarar los ingresos, leer livros
y hacer uinas llamadas por teléfono.
Me gustaría permitirme el lujo
de tener todo el tiempo que quisiera
para hacer un montón de cosas raras,
y, sobre todo, inútiles y bobas.
Por ejemplo, quererte con locura.



AL CABO


Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.




Amalia Bautista: Cárcel de Amor, 1988; Cuéntamelo Otra Vez, 1999 (retirado de Trípticos Espanhóis 3º, ed. Relógio d´Água, selecç. Joaquim Manuel Magalhães, 2004)

1 Comments:

Blogger ángel said...

Gracias por esta muestra de la poesía de una admirable creadora.


Saludos...

6:21 da tarde  

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